miércoles, 5 de octubre de 2011

pratica calificada

Busca el signicado de la siguientes palabras e indique la fuente. LENGUA: Sistema de comunicación verbal y casi siempre escrito, propio de una comunidad humana.
_Órgano muscular situado en la cavidad de la boca de los vertebrados y que sirve para gustación, para deglutir y para modular los sonidos que les son propios.

IDIOMA: Lengua de un pueblo o nación, o común a varios.Modo particular de hablar de algunos o en algunas ocasionessistema de comunicación verbal).
LENGUAGE: Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente.
LINGÜISTICA: Rama de los estudios lingüísticos que se ocupa de los problemas que el lenguaje plantea como medio de relación social, especialmente de los que se refieren a la enseñanza de idiomas
HABLA: Realización lingüística, por oposición a la lengua como sistema.Dicho de una persona: Comunicarse con otra u otras por medio de palabrasDicho de una persona,Comunicarse con otra u otras por medio de palabras
DIALECTO::Estructura lingüística, simultánea a otra, que no alcanza la categoría social de lengua.Sistema lingüístico considerado con relación al grupo de los varios derivados de un tronco común

funte:: http://buscon.rae.es/draeI/

encuentren las relaciones y diferencias entre ellas luego gerarquize
 relaciones:

habla y la lengua: se parecen porque es un uso perticular e individual al comunicarse entre si com los demas
lenguaje y lingüistica: se parecen porque es una forma de  comunicarse entre si por signos lingüisticos entre personoas y animales

dialecto e idioma: son parecidos porque es una forma difenrente de hablar como el castellano ,ingles,haimara,quechua,etc.

EN QUE SE DIFENCIAN ESTAS PALABRAS 
el habla y al lengua:
La lengua :es un código de los signos verbales que sus características pueden ser fonéticas, ortográficas, gramaticales, léxicas... que lo conocemos y nos comunicamos a través de ello.
El habla: Se diferencian en que la lengua es un código con todas sus características y el habla son las variedades de la lengua que presentan sus rasgos específicos.
 
idioma y dialecto:
 idioma : es un lenguaje hablado con completa forma que habla determinado grupo de personas.
Dialectos : son variaciones del mismo idioma.
Poniendolo de otra forma, personas que hablen dos idiomas diferentes es muy dificil que se entiendan. Personas que hablen dos dialectos diferentes del mismo idioma se entienden con mas facilidad .
 
lenguaje y lingüistico:
El lenguaje : es un sistema de comunicación.
La lingüística : tiene diferentes ramas: así por ejemplo la L. Aplicada estudia los problemas del lenguaje como medio de comunicación social, especialmente los que se refieren a enseñanza de los idiomas.
 
 

jueves, 29 de septiembre de 2011

significados de las emfermedades

significado de las palabras-

bacteria: Microorganismo unicelular procarionte, cuyas diversas especies causan las fermentaciones,
enfermedades o putrefacción en los seres vivos o en las materias orgánicas.

virus: Organismo de estructura muy sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleicos, y capaz de reproducirse solo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo

hongo: Planta talofita, sin clorofila, de tamaño muy variado y reproducción preferentemente asexual, por esporas

gernen: Esbozo que da principio al desarrollo de un ser vivo.

vacilo: Bacteria en forma de bastoncillo o filamento más o menos largo, recto o encorvado según las especies.
ameba: Bacteria en forma de bastoncillo o filamento más o menos largo, recto o encorvado según las especies.
fuente: http://buscon.rae.es/draeI/

caracteristicas de las emfermedades
agrupasion:

virus y germen: son  paresidos porque que  atacan  alas personas distraidamente.

bacteria,vacilo y ameba: se agrupan porque son tipos de celulas a las personas deviles.

hongo: no tienen agrupacion com nadie porque es una planta que  es dañin

miércoles, 28 de septiembre de 2011

el cachorro y el tigre

"EL CACHORRO Y EL TIGRE"

Un cachorro, perdido en la selva, vió un tigre corriendo en su dirección. Comenzó entonces a pensar rápido, para ver si se le ocurría alguna idea que le salvase del tigre. Entonces vió unos huesos en el suelo y comenzó a morderlos.
Cuando el tigre estaba casi para atacarle, el cachorro dijo en alto:
- ¡Ah, este tigre que acabo de comer estaba delicioso!
El tigre, entonces, paró bruscamente y, muerto de miedo, dió media vuelta y huyó despavorido mientras pensaba para sí:
- ¡Menudo cachorro feroz! ¡Por poco me come a mi también!
Un mono que había visto todo, fue detrás del tigre y le contó cómo había sido engañado por el cachorro. El tigre se puso furioso y dijo:
- ¡Maldito cachorro! ¡Ahora me la vas a pagar!
El cachorro, entonces, vió que el tigre se aproximaba rápidamente a por él, con el mono sentado encima, y pensó:
- ¡Ah, mono traidor! ¿Y qué hago ahora?
Comenzó a pensar y de repente se le ocurrió una idea: se puso de espaldas al tigre y cuando éste llegó y estaba preparado para darle el primer zarpazo, el cachorro dijo en voz alta:
- ¡Será perezoso el mono! ¡Hace una hora que le mandé para que me trajese otro tigre y todavía no ha vuelto!

fuente: http://webs.ono.com/gsb/cachorro.html

miércoles, 11 de mayo de 2011

preguntas del sargento

 Tarea:

 Es un perro atorrante
b) Personajes principales
 
 Sargento
c) Personajes secundarios
 
 Familia y militares
d) Lugares
 
 Lagos y plazas 
e) Tiempo

 Siglo xx
f) Autor
 
 Jorge Manuel Fariña Zerboudakis 
g) Extrae y copia las frases que te han llamado la atención
 
• Esta amistad tenía su origen en un bello rasgo del valiente negro
•Ledesma un cariño que no había demostrado jamás por nadie
•Su cariño y su agradecimiento no llegaban hasta hacerle falta
•El noble perro pasaba el día de la tumba 

el sargento

El "Sargento" - parte 1

"No se puede decir que el Sargento era más leal que un perro, porque él no era más que uno de tantos miembros de la familia canina atorrante en el fuerte general Paz.
El Sargento era un perro de la genuina familia de los atorrantes, pero de esos atorrantes militares que no tienen dueño ni reconocen más amo que el cuerpo donde han nacido y se han criado.
Los soldados van desapareciendo por las deserciones, las muertes y las bajas, y otras nuevas plazas van llenando los claros que dejó la ausencia de aquéllos. Pero el perro queda en el cuerpo, compartiendo las fatigas y los peligros con los que lo forman, sin averiguar si son soldados viejos o reclutas de ayer.
Para él todos los soldados son todos iguales, a todos sirve, a todos obedece, y de todos recibe un bocado o un golpe, con la misma conformidad. Recorre todos los fogones como todos los perros de guardia, sin ver en ellos otra cosa que miembros de su regimiento a quienes tiene la obligación de acompañar y proteger. El perro atorrante no sólo es la compañía y el amigo del soldado, sino su protector mismo.

Cuando no hay qué comer y la cosa se hace difícil, él sale a ayudar a los soldados que van a balear el alimento del día, y corre a la liebre, al venado o al piche, hasta traerlo, jadeante y fatigado, y lo pone a los pies del soldado a cuyo lado se sienta, hasta que le dan su ración o se convence de que no le van a dar nada, y en uno como en otro caso, se retira tranquilamente y se acuesta a dormir.
A este género de perros militares y atorrantes pertenecía el Sargento, grado que había alcanzado, desde simple soldado, merced a sus servicios prestados en los diferentes cuerpos que guarnecieron el "Fuerte General Paz".
El Sargento era perro de campamento, y más que de campamento, de la mayoría donde estaba situado el rancho del jefe de la frontera. El había nacido allí, allí se había criado y de allí no había cariño capaz de arrancarlo.

Los regimientos, como los jefes, cambian con frecuencia de residencia, pero el Sargento quedaba allí firme, esperando el nuevo jefe que le deparara la suerte. Cuando más salía a acompañar al regimiento que se ausentaba hasta el primer fortín, donde esperaba al que venía para recibirlo con todos los honores y meneadas de cola del caso. Y acompañaba al nuevo jefe hasta el pobre ranchito enfrente al hospital, como si quisiera enseñarle cuál era su alojamiento allí y dónde podrían hallarlo cada vez que lo necesitaran.
Así el Sargento había venido al lado de Heredia, al lado de Borges y al lado de Lagos, sin reconocer en ellos a un amo, sino a un jefe cuyas credenciales no eran otras para él que verlo instalado en el pobre alojamiento donde había nacido. Entonces el Sargento obedecía a la palabra del nuevo jefe, con un raro empeño, y se constituía en su asistente y centinela de más confianza.

Sargento iba a las cuadras de los nuevos soldados, como para reconocerlos y hacer amistad con ellos; pero regresaba al puesto que él mismo se había señalado, sin que hubiera fuerza suficiente que lo arrancara de allí.
A la noche, sobre todo, el Sargento se instalaba delante de la puerta, y después del toque de silencio no permitía que nadie pasara sino a seis u ocho varas de distancia: y pobre el que intentase avanzar a pesar de sus ladridos. Sólo al oficial de guardia, a quien reconocía cuando se recibía del servicio, permitía la entrada al rancho del jefe de la frontera. Después de éste, la entrada estaba vedada para todos.
El "Sargento" - parte 2

El Sargento era un perro de un valor asombroso: no había peligro capaz de arredrarlo, y bastaba una simple amenaza para que acometiera de una manera decisiva.
Su piel renegrida y lustrosa estaba llena de cicatrices tremendas, recibidas todas ellas peleando valientemente contra el enemigo común. El había tomado parte en todos los combates que se habían librado cerca del campamento, y herido casi siempre, se venía al hospital, donde sabía que el cabo de servicio tenía orden de asistirlo como a cualquier soldado del campamento. El Sargento no se movía del hospital hasta no estar bueno, siendo su primera operación ir a visitar al jefe de la frontera como para avisarle que estaba de alta y a su completa disposición.
El Sargento conocía perfectamente todos los toques de corneta. El de oraciones lo escuchaba de pie y con un raro recogimiento. Parecía participar de la languidez que invade el espíritu en aquellas horas grandiosas, y del respeto que le comunicaba aquel toque severo en un silencio tan viril y solemne.
Al toque de silencio y junto con la larga y sentida nota que lo termina, el Sargento lanzaba un aullido triste y prolongado, y se instalaba en su puesto de servicio hasta la siguiente diana.
Al toque de carneada, el Sargento era infaltable en el paraje donde ésta se efectuaba. El ayudaba a voltear las reses y participaba de las achuras con una provisión notable. Pero si el toque de carneada sonaba durante sus horas de servicio, aunque hiciera tres días que no comía, no se movía de su puesto.
Muchas veces el coronel lo había tanteado haciendo tocar carneada después de silencio. Pero por más apremiante que fuese el hambre, no había logrado hacerlo mover de su puesto. Eran sus horas de servicio, y no tenía él qué hacer con el resto del campamento.
Tenía como única excepción de su vida, una amistad decidida por el cabo Ledesma. Esta amistad tenía su origen en un bello rasgo del valiente negro. Un día el Sargento había quedado por muerto en el campo de batalla. Se había peleado más de tres horas sin tregua, y el Sargento, después de tomar parte en lo más recio del combate, había caído a su vez acribillado a lanzadas.
Después de terminada la persecución, el cabo Ledesma tuvo una inspiración: tal vez no esté muerto, dijo, y alzándolo en ancas lo trajo al campamento, asistiéndolo prolijamente en el rancho del sargento Carmen.
Un mes después estaba sanado, gracias a los cuidados que se le habían prodigado, y desde entonces cobró por el cabo Ledesma un cariño que no había demostrado jamás por nadie. Lo visitaba en la cuadra, y cuando estaba de servicio lo acompañaba en el cuerpo de guardia durante el día y hasta el toque de silencio. Después de esa hora ya se sabe que no se movía de su puesto.
En cambio allí solía venir a acompañarlo el cabo Ledesma. Pero entonces sucedía una cosa particular: el perro salía a recibir al soldado a unas ocho varas antes de llegar al alojamiento del jefe. Su cariño y su agradecimiento no llegaban hasta hacerle faltar a la consigna que él mismo se había impuesto: no dejar llegar a nadie hasta aquella puerta sagrada.
El día que mataron los indios al cabo Ledesma, fue un día de visible pena para el Sargento. Se acurrucó allí en el alojamiento del jefe, de donde no se movió en cuatro días, al cabo de los cuales empezó a hacer sus visitas al toldo del sargento Carmen, la madre de Ledesma. Un mes después de este día amargo para todo el regimiento, porque el cabo Ledesma era un leal veterano, no se volvió a ver más durante el día al Sargento. Al toque de silencio se le encontraba firme en su puesto de guardia, y al de carneada era infaltable a recoger las achuras. Pero después de esta hora se perdía hasta el toque de silencio, en que volvía a aparecer.
Nadie se había podido explicar dónde pasaba el día. Intrigados por esto, los soldados decidieron seguirlo, y sin que el Sargento lo notara, se pusieron en su seguimiento, penetrando al fin del misterio de sus ausencias. El noble perro pasaba el día sobre la tumba del cabo Ledesma, que había aprendido siguiendo al Sargento Carmen.